Es muy diferente el acompañamiento dado por personas del mundo sanitario-terapéutico o personas del ámbito espiritual, todas con actitudes muy concretas y formación sobre tema; al acompañamiento que pueden dar familiares o amigos que no están formados y que lo viven desde una proximidad emocional.
Cada persona debe actuar desde su función o servicio para el que este preparado y no querer ayudar en algo para lo que no se esté preparado, por muy buenas intenciones que se tengan, pues puede resultar arriesgado.
En los tránsitos de final de vida, hay que tener en cuenta que no sabemos con certeza absoluta si se va a producir el desenlace final o bien remontará su estado, se retrasará o cuando se va a producir. Eso no depende de ningún ser humano, sino que son el Cielo y del Espíritu los que deciden cuando y cómo llega el momento.
Si alguien el interesa más información sobre el tema, puede ponerse en contacto conmigo sin ningún compromiso.
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