Cuando estamos bien, con salud y bienestar, valorar las cosas sencillas es fácil, porqué no tenemos necesidades urgentes que atender. Sin embargo, cuando estamos en crisis el valor de las cosas sencillas a veces es más difícil de encontrar en la práctica diaria. En estos casos tenemos prisa, impaciencia por estar bien. Lo queremos todo ya y entonces desconfiamos y sin apenas darnos cuenta preferimos o buscamos aquello que es más complicado, más difícil y más caro. Parece como si así fuera más efectivo y más rápido el proceso de sanación.
En general no aceptamos ni queremos vivir las etapas de crisis. Queremos estar siempre bien y triunfar en la vida. Es lícito desearlo y así será. Aunque no olvidemos que la crisis y el malestar son la foja del herrero donde se forja nuestro bienestar y la realización. La crisis es la antesala del cambio y forma parte de la 3D. Como humanos avanzamos a través del cambio mientras nuestra consciencia esté anclada en la 3D. Y no nos anclaremos más arriba sin pasar por el cambio igual a crisis.
El herrero que es igual a la evolución, funde la dureza y rigidez del metal que es igual a nuestras actitudes y con su mazo golpea y da forma, creando una hermosa herramienta que es nuestro carácter.
Encarar y aceptar estas etapas sin prisa, pero sin pausa, es fundamental. Las prisas nos llevan a buscar fuera de nosotros, nos dispersamos, queremos lo más rápido, lo más complicado, lo más caro, no importa con tal de salir rápido de la situación, es como decir "no quiero estar así, por favor, quítamelo de encima" y si una cosa no va bien, probamos otra. Buscamos que otros solucionen nuestros conflictos. La intranquilidad, la ansiedad y a veces el dolor nos impiden orientarnos correctamente.
Si buscamos hacia dentro, nos centramos, aceptamos y nos comprometemos, entendemos que todo vendrá de nuestro interior de nosotros mismos, luego damos valor a lo aparentemente sencillo. A la meditación, al poder de la oración, al poder del perdón, a la alimentación, al ejercicio, a la cadena de ayuda cielo y tierra.
No esta mal buscar afuera y no debemos sentirnos culpables por hacerlo. Es correcto como primera fase y forma parte del camino. Nos sirve para redirigir nuestra atención hacia dentro, al valor y poder que tienen las cosas aparentemente sencillas y que forman parte de nuestro poder personal.
¿Y tu donde estas?
María Angels.