martes, 23 de diciembre de 2014

Receta Navideña

Andaba despistada con mi felicitación de Navidad, cuando una amiga me felicito a mí, ¡que maravilla!, me encantó y con su permiso aquí tenéis nuestro canto a la Vida y que aproveche. Gracias Marina.

INGREDIENTES:
1 kg. de recuerdos infantiles
2 tazas de sonrisas
2 kg. de esperanza.
5 latas de cariño
4 paquetes de alegría
1 puntazo de locura
6 kg. de amor
4 kg. de impaciencia

Primero se limpian los recuerdos, sacas la parte que no sirve.
Añades una a una las sonrisas hasta hacer una pasta suave.
Añades la esperanza y dejas reposar hasta que doble su tamaño.
Añades la alegría y mézclalo con todo el cariño que encuentres.
Incorpora la paciencia, la locura y la ternura y luego resérvalo aparte.
Diluye el amor y cúbrelo todo con él.
Hornéalo durante toda tu vida dentro de tu corazón.

CONSEJO:
Puedes añadir unas cucharadas de comprensión y 300 gramos de comunicación
para que dure eternamente.

CON AMOR,  A QUIEN ME LEA LE DESEO ALEGRIA Y FELICIDAD.

lunes, 1 de diciembre de 2014

REFLEXION SOBRE AMOR INCONDICIONAL

 
 
 

Suena bien, amor incondicional. Lo pronunciamos y sonreímos, luego suspiramos. Sin embargo si tuviéramos que explicar que es eso ¿Qué diríamos?
 
Yo lo he hecho. He ido preguntando a unas cuantas personas. "oye, ¿sabes lo que es amor incondicional?, "por supuesto" me contestan. "¿quieres recibirlo?", vuelvo a preguntar, "naturalmente" contestan. Pero, luego digo, "¿y tú lo das?", "¡¡pues claro que lo doy!!" respuesta rotunda. "¿Y en que forma lo das?", pues... no se... ahora no caigo... amo a todo el mundo... a los animales... a mi familia... ayudo a todos... siguen balbuceos y al final, "bueno, me voy que llego tarde".
 
Que pena, que seamos tan cultos y tan listos y que no sepamos lo más sencillo. La belleza de amar con dignidad.
 
Pondré solo dos ejemplos, pues el tema es muy extenso y da para un libro. Uno:  Cuando alguien nos ha herido, nos ofende, nos miente o defrauda, ¿Cómo reaccionamos?. Al principio nos enfadamos, es muy humano, por eso somos humanos. Tal vez nos sintamos resentidos, también muy humano, por consiguiente, pensamos sólo en nosotros, también muy humano. No tratamos de entender al otro, ni sus motivaciones, ni como piensa, nada. Nos cuesta ponernos en el lugar del otro. Tal vez tardemos mucho tiempo en hacerlo o quizás no lo hagamos nunca. Nos quedamos entonces con la parte digamos fea de la persona. No vemos su parte bella.
 
Hay personas que solo ven la parte negativa de los demás y otras que sólo ven la parte bella y sino la encuentran ni se cuestionan que no la puedan tener, pero si no les gusta o perturba lo que ven o reciben, se apartan, ponen un límite, a veces con contundencia si es necesario y siguen su camino. Por respeto a si mismo y al otro también. Saben que el otro es guiado por su espíritu y hará su camino.  Alguien llamará a estas personas inocentes.
 
Sin embargo, el cielo, es siempre inocente. Porque nunca nos juzga ni nos conoce por nuestros errores, sino por la belleza de nuestro corazón, de nuestro espíritu. Eso es amor incondicional.
 
Dos. Cuantas veces una persona anhela realizar un servicio, tener dones, hablar con los ángeles, ser diferente. Se prepara, estudia, se conoce, pero en el fondo de su corazón aún no ha perdonado a alguien que la hirió. Tal vez lo controle desde la mente y se engañe a si misma. Pero cuando piensa y habla de ello su campo energético desprende chispas. Nos hacemos ciegos a nuestros propios conflictos. Esta persona esperara y esperara y nada sucederá. El cielo se manifiesta con los inocentes, los puros de corazón, con los seres que conocen el amor incondicional. Así eres, te perdona, así te amo con límites o sin límites.

lunes, 3 de noviembre de 2014

CLARIDAD

Hay personas que nunca están contentas con lo que tienen ni donde están.
Pero esas personas no saben que la ruta en su interior está trazada. Que hay un lugar para ellas esperando y hagan lo que hagan, tarden lo que tarden, llegarán. Porque el lugar siempre está esperando. Así que no es importante desear lo de los demás, o lo que no se tiene, es importante andar el camino que uno tiene en el momento presente, pues éste lleva al siguiente y el siguiente a nuestro lugar.
 
Lo más importante es tener una idea clara de nuestra vida. Si la tenemos, no necesitamos nada más. Requiere simplemente tener consciencia, ello nos da utilidad y practicidad. Sabemos qué o quienes somos, donde vamos, porque vamos. Por lo tanto avanzamos. Si tenemos una idea clara de lo que es nuestra vida, sabemos como vivirla y no tendremos que pedir ni depender de nadie.
 
¿Cuáles son nuestras cualidades y nuestras debilidades? ¿En qué debemos corregir, pulirnos, donde debemos mejorar?. ¿Dónde estamos situados, ante nuestra voluntad, ante el dominio de lo que somos, ante nuestra familia, ante nuestro trabajo, ante nuestros afectos?
 
¿Qué es lo que queremos hacer o ser en el futuro? ¿Tenemos cualidades y aptitudes para ello? ¿Estamos preparados o debemos prepararnos? ¿sabemos todo lo que implica lo que queremos? ¿Somos realistas con nuestras posibilidades?
 
¿Cómo queremos vivir nuestra vida, como queremos que sea?¿Esta bien como está? ¿Qué debemos cambiar?
 
¿Somos capaces de vivir sin sufrimiento? ¿Gozamos de la vida? Podemos decir; "yo he nacido para cuidar a los seres que están en mi camino o he nacido para abrazarles porque me aman o he nacido para gratificarles o aplaudirles porque son felices a mi lado". ¿Podemos decir "yo me establezco en mi lugar, porqué sé que éste es mi lugar, soy feliz en el por todo el amor que me tengo a mi misma"?
 
Una vez tenemos un concepto claro de nuestra vida, nos volvemos selectivos, ya no sufrimos por los demás, sino que respetamos su sufrimiento y al hacerlo ya no absorbemos de los demás.
 
Hay dos formas de aprender y crecer. Por reflexión y por experiencia. Si nos dejamos enseñar y sabemos escuchar avanzamos por reflexión. Si por el contrario no nos dejamos enseñar y no sabemos escuchar avanzamos por experiencia. El primer camino fluye y es más fácil, el segundo no fluye y hay obstáculos. Tanto en uno como en otro aunque no veamos a Dios ni a los ángeles, ellos existen, aunque no nos respondan, ellos están y ellos nos atienden en función de nuestras necesidades interiores, no en función de lo que pidamos.
 
Si elegimos el camino correcto la ayuda espiritual  está ahí, aunque quizás no sepamos verla ni valorarla. Sin embargo, si elegimos el camino incorrecto la ayuda espiritual está ahí, pero menos activa, esperando y respetando la experiencia de nuestro aprendizaje.
 
Nunca estamos solos, ni abandonados.

lunes, 6 de octubre de 2014

CANALIZACION



Una buena amiga y gran persona me ha pedido que escriba sobre este tema. No se me había ocurrido, pero ahora me doy cuenta que es muy importante poner un poco de claridad en el concepto canalización.
 
Estamos avanzando dentro de un período de tiempo que nos llevará de forma ineludible a desarrollar, mejor dicho, a recuperar el sentido de la percepción. Y la percepción, en toda su amplitud, incluye la canalización. Se está haciendo de forma lenta y progresiva a medida que nosotros como humanidad aprendemos a vivir y a pensar desde el corazón y no desde la mente, que equivale a vivir conectados a nuestra Esencia o Espíritu y esta conexión nos hace aprender, a veces dolorosamente, a manifestar lo que necesitamos, no lo que deseamos.
 
No hace falta preguntar como nos enteraremos, si esto es un hecho o no. Nadie nos lo tendrá que decir. Lo sabremos y punto.
 
Aunque nos parezca que no, nada sucede con rapidez, sino poco a poco. El Universo es tan sabio que nos prepara y nos educa con paciencia, sabiduría y amor para nuestros avances. Esa preparación, esa educación a veces se lleva a cabo durante años de tiempo terrestre. Así como un buen padre que nos lleva de la mano y nos conduce por los caminos internos, a fin de que aprendamos a cuidar de nosotros mismos con amor, a hacernos grandes y responsables, lo que nos lleva a descubrir por nosotros mismos la presencia de nuestro Ser.
 
Mientras sucede todo esto, vamos oyendo cada vez más la palabra canalización. Algunas personas le hacen reverencias a quien dice canalizar. No es necesario, la persona que canaliza no es ningún Dios, sólo es una persona como todas, aunque muy trabajada. Otras personas se creen todo lo que les dicen porque está canalizado. No es prudente, entonces pones el poder de tu  vida en manos de otras personas, ya no tienes el control de tu vida, dependes de otros.
 
 
En general una canalizadora/or es sólo una comunicadora, nada más. Como si ejerciera de grifo que al abrirse deja pasar un caudal determinado de agua. Puede ser mucha o puede ser poca, puede ser agua pura o agua contaminada, depende del trabajo interior y la pureza de mente y corazón del canalizador.
 
¿Pero para que sirve una canalización, cuál es su finalidad? Su finalidad es abrir conciencia y facilitar la auto-sanación. No hacer el trabajo por quién consulta, sino enfrentarlo, retarlo a hacer su propio trabajo interior. ¿Cómo lo hace? Acompañando, facilitando el avance con el silencio, la presencia o la información oportuna, en el momento oportuno, con extremo respeto y amor; estimulando, facilitando el uso del libre albedrío y en su capacidad, permitir el goce del descubrimiento del propio Ser.
 
¿Qué requisitos debe reunir un buen canalizador/a? Ser una persona muy trabajada en si misma, muy íntegra, de mente abierta y corazón puro. Un buen canal no está inscrito en ningún grupo filosófico o religioso, sino canalizaría sólo dentro de la filosofía del grupo o controlada por el grupo al que pertenezca. Debe sentirse libre, afirmada y segura para buscar a Dios o la Verdad en su propio corazón. Y dentro de su corazón seguirá la línea de vida de su Esencia. El camino espiritual o tradición al que pertenezca su Espíritu, no su personalidad-humanidad,  sino que su humanidad se rinde, se acopla a su Esencia.
 
¿Cuántas formas de canalización hay? tantas como formas de comunicación y expresión hay. Y ¿Cuántas formas de comunicación hay?, tantas como el ser Humano-Divino es capaz de crear y expresar. Artes, palabra, escritura, música, danza, investigación, educación, sanación... podríamos seguir en una larga lista.
 
La canalización  no es nada más que el trasbase o comunicación de información de un plano de conciencia a otro plano de conciencia. Como un teléfono de un piso elevado comunicando a otro en un piso inferior.
 
Mecánica de la canalización: Simplificando para hacerlo fácil y entendible. La Esencia, Espíritu o Yo Superior, anclado en el Centro Alto Corazón recibe la información a través del Canal Central y la envía al cerebro y sus glándulas de conciencia. La mente, conjunto de funciones cerebrales, toma la información y la transforma en pensamiento, de ahí en palabra y acción a través de la vía o forma de comunicación escogida para expresarse.
 
La energía fluye a través del Canal Central, desde el Centro de Arriba a 60 cm. encima de la cabeza, al Centro de Abajo a 60 cm. debajo de los pies, manteniendo una fuerte conexión entre Cielo y Tierra. Los centros inferiores dan soporte de auto-sostenimiento y enraizamiento mientras que la energía fluye y se expande a través de los centros superiores.
 
Como es fácil comprender la conexión consciente con el Yo Superior es de gran importancia. Y para ello se requiere un trabajo personal previo de crecimiento y maduración con su correspondiente sanación de mente y emociones. Es vital una mente ordenada y clara. Bien focalizada, libre de influencias y expectativas. Y un corazón puro libre de egocentrismos.
 
Todo lo que esté fuera de este marco no es prudente, porque lo que se atrae son entidades en afinidad con lo que uno es en su fuero interno. El ejemplo de las aguas puras o contaminadas. Si uno pretende ser un buen canal para si mismo y para ayudar a los demás debe ser muy íntegro y exigente consigo mismo y antetodo, primero ayudar y atenderse uno mismo.
 
Los grandes seres o entidades espirituales buscan pureza de mente y corazón, voluntad, bondad, humildad, coraje y una vida ordenada y estable.
 
Mi corazón en el vuestro.

domingo, 24 de agosto de 2014

TRIUNFAR CON LOS CAMBIOS

                             
El cambio es un movimiento cíclico que viene a nosotros. Es un camino de transformación y renovación que hay que transitar ineludiblemente. La vida misma es cambio y renovación continua. Eso es lo natural. Querer permanecer parados en una situación, actitud o estado es antinatural.
 
Cuando el cambio se produce, se puede vivir de dos formas. Una forma es negándolo, escapando de él, sintiéndose víctima, con actitud derrotista o quejosa. Entonces no se aprecia su valor. Se opone resistencia y se hace más difícil y largo. La segunda forma es aceptándolo, encarándolo, entrando en la aventura del juego y permitiendo que la vida misma haga su labor en nosotros.
 
A veces sucede, que los cambios, al no aceptarlos, se viven como un fracaso en nuestras expectativas. En realidad los cambios representan un éxito porqué son la superación o transmutación de limitaciones y obstáculos que nos impiden crecer, renovarnos y avanzar.
 
Todo cambio por pequeño que sea, siempre nos lleva a un lugar mejor. Donde nos hacemos un nuevo planteamiento de nuestra vida, tanto en la forma como en la manera de vivirla. Siempre de acuerdo a nuestras necesidades interiores y nuestro mayor bien, así como nuestra capacidad de asimilación.
 
No hay ningún cambio que no podamos asumir. Dice el refrán, "Dios aprieta pero no ahoga",
 
Vivimos una etapa evolutiva donde somos constantemente estimulados a través del cambio, por lo que éste es siempre presente en nosotros. Aceptarlo y acostumbrarnos a su presencia es necesario. Jugar, interactuar con el muy importante. Veamos pues el cambio como un amigo y no como un enemigo, sabiendo que con una mente ordenada y un corazón sincero podemos y debemos triunfar  con y en él. 

jueves, 7 de agosto de 2014

Filosofando sobre el Todo

 
 
 
Dicen y yo creo, siento que es así, que Dios o el Espíritu nos habla a través de todo. Sean objetos, plantas, animales, piedras, elementos de la naturaleza, sueños, circunstancias, personas incluidas las que juzgamos poco evolucionadas o negativas. El Espíritu no esta sólo en una parte, en un momento y en una forma. El Espíritu habla a través de la vida misma y la vida es Todo. Y el Todo incluye también el tiempo y el espacio; lo visible y lo invisible. Todo es Todo. Lo que sabemos y lo que no sabemos. Lo real y lo imaginario. Lo que juzgamos como bueno y como malo. La Luz  y la oscuridad.
 
Si el Espíritu está en Todo también está en nosotros ya que nosotros somos parte del Todo. No estamos separados, perdidos, estamos en él a través de nuestra vivencia del momento y de nuestra forma de hacer, única y personal, que siendo la que es forma parte del Todo.
 
Cuando por intereses o ignorancia limitamos o compartimentamos la idea de Dios o del Espíritu es cuando nos limitamos en nuestra expresión, nos diferenciamos y separamos del Todo. Buscamos acercarnos al Espíritu en el afuera y desde la mente dándole poder a esta forma de hacer. Y ahí nos confundimos en definiciones y razonamientos, no pudiendo escuchar la voz del Espíritu, no la sabemos interpretar, olvidamos pensar y sentir desde el corazón, donde únicamente podemos encontrarnos con el Espíritu. Nosotros mismos y escuchar su voz, nuestra Voz.
 
Si el Espíritu está en Todo y nos habla y enseña a través de Todo, significa que todo esta bien en el momento en que está. Que no hay errores sino formas de experiencia diferentes para un mismo hecho. I que cada persona escoge su forma de hacer en función de sus posibilidades, entendiendo que estas posibilidades son las correctas para ella en el momento en que está. Por lo tanto, no hay culpa, no hay juicio, todo esta bien. Hay experiencia, que con la práctica nos lleva a mejorar, a entender, a aceptar y siempre a amar y vivir con alegría.

viernes, 23 de mayo de 2014

La vida es bella

 
 


Dicen, cuentan y yo lo creo, que la Tierra es un planeta excepcional. Que aquí existe la posibilidad de desarrollar, materializar, tocar, oler, gustar, sentir, vivir y experimentar del todo nuestra creatividad.

Dicen, que en el cielo hay cola de ángeles y seres que desean vivir la experiencia de estar en la Tierra con cuerpo físico. Que desean saber lo que es experimentar el poner en práctica, en materia, sus sueños. Que no saben lo que es vivir en 3D, en cuerpo físico. El saborear una buena comida, sentir de materia a materia la energía de un árbol, nadar en el mar, bailar bajo la lluvia, reír hasta que duelen las mandíbulas, llorar por una pena, despedir a un amigo, parir un hijo, hacer el amor incluido el cuerpo físico. Y seguiría...
 
Dicen, que los humanos, ángeles de la Tierra, miran el cielo anhelando ser un ángel del cielo, vivir lo que viven los ángeles del cielo y que por eso no valoran el tesoro de la Tierra, ni de la vida. Que ven todo mejor antes que estar aquí, presentes en su vida.
 
Dicen, que los ángeles del cielo derraman lágrimas de amor y anhelo al mirar la Tierra y aún sabiendo que olvidarán quiénes son y de donde son, desean vehementemente nacer humanos.
 
Dicen, que la experiencia de la Tierra es ineludible en el camino de la evolución.
 
Dicen, que la evolución pasa por amar nuestra humanidad, nuestra realidad, la experiencia en la Tierra y a ella misma. Con todo lo que representa para nosotros. Dolor y gozo. Ya más gozo que dolor.
 
Dicen, que en el otro lado del velo, aquellos que han caminado con zapatos por la Tierra vuelven una y otra vez a hacerlo, por amor.
 
Conocer quiénes somos es grande, pero también hay un cierto riesgo en ello. El de desconectarnos de nuestra realidad, de la realidad de la humanidad y del planeta. Vivir colgados de nuestra Divinidad y de nuestros contactos porqué es más fácil, porque nuestra realidad no nos gusta y así la eludimos. Eso no es válido. En el aprendizaje puede ser necesario a veces, volver la vista hacia nosotros mismos, hacia la realidad y la Tierra, repasar, sanar  nuestros conflictos.
 
Ser uno mismo implica mucho. ¿Qué entiendes tú por ello?.
 
 
 

domingo, 6 de abril de 2014

RESPETO



  Nuevamente vuelvo  a insistir en la necesidad de tomar consciencia plena del significado de la palabra RESPETO y sus múltiples definiciones y aplicaciones. Parece como si de tanto en tanto hubiera la tendencia a olvidar el lugar sagrado que debe ocupar en la conciencia de todos el respeto hacia los demás y todo cuánto nos rodea.
 
 
Cuando perdemos el control de la palabra, muy unida al respeto, invadimos el espacio de los demás, gratuitamente. Sea por llamar la atención, sea por no estar en la propia realidad, sea por creernos superiores a los demás, sea por reclamo o por creernos con derecho a juzgar, de una forma u otra invadimos, por lo tanto no respetamos. Y una invasión es un obstáculo a salvar para poder continuar. Aunque sí queremos que nos respeten a nosotros.
 
A menudo callamos las palabras, pero la mente sigue activa opinando y metiéndose sobre cualquier cosa, que no sea sus propios asuntos, entonces esos pensamientos invaden nuestra mente. Si nuestra mente está tranquila y lisa, en paz, como la arena de la playa recién bañada por el mar, esos pensamientos gratuitos, la pisa y la convierten en una playa de arena mellada. Eso no es respetar. Aunque sí queremos que nos respeten a nosotros.
 
De tanto en tanto hay que recordar que todos formamos parte de una unidad, que todo lo que una persona piensa, siente y actúa, afecta a los demás. Por consiguiente, por favor, si queremos ayudar o avanzar en nuestro camino, respetemos el camino de los demás. Si realmente somos lo que queremos ser, respetemos el camino de los demás.
 
Si los maestros, ángeles y guías lo hacen con nosotros, ¿quienes somos nosotros para no hacerlo con los demás?.
 
 
 


miércoles, 19 de marzo de 2014

DEBO Y PUEDO

 
 
 
Debo hacer esto ó puedo hacer esto. ¿Cuál es el matiz que los diferencia.
 
Hay una sutil pero gran diferencia. En el "debo" hay una carga de la vieja energía. La obligación, el deber, la orden, incluso el sacrificio. El valor personal como son el merecimiento, la satisfacción, la creatividad, la alegría, el potencial humano, la libertad de hacer, es ignorado.
 
Muchos "debo" equivalen a una gran insatisfacción, cansancio, falta de vitalidad y tristeza.
 
Ahora miremos el "puedo". Es una afirmación. ¡Yo puedo! Por lo tanto es un reconocimiento y afirmación de nuestro propio valor. Con el "puedo" va la carga de que somos nosotros los que elegimos, en base a nuestras propias decisiones, fruto de nuestras reflexiones. Puedo porque quiero hacer. No debo pero no quisiera hacer.
 
No reconocemos en el "puedo" y nos negamos en el "debo". El "debo" es la forma de hacer de la vieja energía y el "puedo" va en línea a la nueva energía.
 
A destacar el respeto que lleva incluido el "puedo". Respeto hacia uno mismo. Eso pone una carga totalmente diferente que nos permite vivir en un estado de mayor consciencia de quiénes somos.
 
En estos tiempos, donde no siempre es posible el "puedo" sugiero que la reflexión esté siempre presente a fin de mantener un equilibrio entre el "debo" y el "puedo" para hacernos conscientes de cuando, cómo y porqué hacemos las cosas.
 


domingo, 2 de marzo de 2014

Despertando....

 

 

Una de las cualidades que distinguen a una persona de estar despertando en conciencia, es la capacidad de observación de si misma.
 
Mientras estamos dormidos la mente divaga, de un lugar a otro, llena de conversaciones, distrayéndose, cayendo en actitudes del pasado, rememorando hechos, recreando viejas formas de ser o fantasías improductivas.
 
Cuando vamos despertando la mente permanece alerta, observando que se manifiesta en ella, qué pensamientos, qué actitudes, qué sentimos. Estamos creando conscientemente nuestra vida.
 
En general la mente esta acostumbrada a funcionar con unos determinados patrones, bien arraigados por muchos años de práctica, pero que no nos sirven a nuestros propósitos actuales. Cambiar la forma de funcionar o cambiar estos patrones para implantar otros toma un esfuerzo de atención y voluntad.
 
No es suficiente con querer hacerlo. No es suficiente con meditar. No es suficiente con comprender. Hace falta actuar, con observación consciente y continua. Tomar acción y redireccionar las energías que emergen de los patrones del pasado para que trabajen a favor de la vida que queremos manifestar.
 
Y así una y otra vez, vamos reeducando la mente, las emociones. Cada vez más profundo, con más comprensión y conocimiento. Hasta que sea una forma de vivir natural, totalmente integrada, sin esfuerzo, porque ya el pasado no forme parte de los hábitos presentes. Hay que deshacer los caminos energéticos que construyo en forma de esquemas, patrones, actitudes y hábitos. Es aquí donde es necesaria la actitud de observación de si mismo.

lunes, 3 de febrero de 2014

AMARNOS A NOSOTROS MISMOS

                        
                         

Veo el desenvolvimiento del crecimiento interior, como una serie de etapas por las que se tiene que pasar. Es decir, vivirlas. La mayoría de las veces sin orden aparente. Al menos en el orden lineal al que nuestra mente está acostumbrada. Pero si que se viven en función del orden interior de cada persona. Lo que hace que no se puedan prever con antelación, sino que aparecen cuando es el tiempo adecuado para cada persona. Brincando de un lugar a otro. Así a veces una etapa que, por orden, tendría que estar en primer lugar reaparece en medio de etapas más avanzadas bloqueando el camino, hasta que se vive y se integra totalmente.
 
Sin embargo veo también que a medida que vamos avanzando en este hermoso proceso de cambio de conciencia, todas estas etapas se simplifican en su naturaleza, algunas es como si desaparecieran unificándose en una sola. Todo es  más sencillo y natural. ¿A que se debe esto? Pienso que nos estamos volviendo más inteligentes en el sentido de tener la mente más libre de ataduras emocionales y conceptuales, evidentemente, eso conlleva una mejor gestión emocional. Por lo tanto crecemos más deprisa. Todo va más rápido.
 
¿Es que acaso nos protegemos de nuestros estados emocionales? NO. No se trata de protegernos, ni reprimirlos, sino vivirlos y sentirlos, pero sin dejarnos condicionar negativamente por ellos. Sino incluirlos, conscientemente y positivamente en nuestra forma de ser.
 
Y aquí es cuando entra en juego la más grande de todas las etapas, si es que puede haber una más grande que otra. LA DE AMARTE A TI MISMO.
Estoy viendo como últimamente esta etapa reaparece una y otra vez. ¿Por qué? Tal vez porque no terminó de comprenderse del todo y no se integró debidamente.
 
Amarse uno mismo. No significa que seamos egoístas o no hagamos caso a los demás. Significa aceptarnos cómo somos, tal cual. Claro que primero hay que saber cómo somos. Somos el más digno invitado a nuestro propio corazón, el más digno de respeto, el amor más grande de nuestra vida. Eso somos. Soñamos y esperamos que llegue el amor de nuestra vida, o que la pareja que tenemos nos descubra como el amor de su vida. Eso no sucede sí antes no nos descubrimos  a nosotros mismos como amor que somos.
 
Amarnos a nosotros mismos puede ser un desafío. Hemos estado programados para no amarnos. Por eso al hacerlo podemos sentirnos mal. Es hora de traer de vuelta a nuestro corazón, ese amor.
 
No es un sentimiento, no es una convicción, no es un concepto, no es un yo más que tú, no es algo aparte. Es más bien una cualidad, un atributo que reconocemos en momentos de equilibrio y serenidad. Que nos hace sentirnos fuertes y seguros y a la vez sencillos y humildes. Es una inocencia natural, espontánea. Es el gesto, la mirada, el toque, la elegancia. Expresa la capacidad que tenemos de ser como somos sin pretender ser diferentes. Es saber sin pretender demostrar. Es estar sin querer destacar.
 
En amarnos a nosotros mismos aprendemos a amar a los demás, porque vemos en ellos lo hermoso y grande que hay en nosotros y comprendemos en ellos lo que hemos vivido en nosotros. Eso es el amor que nos une.
 
¿Qué nos lleva a amarnos así? Muchísimas cualidades, a cual más hermosa. Confianza, respeto, autoestima, valoración, humildad, sencillez, comprensión y sigue, sigue, sigue....
 
¿te amas a ti mismo? Obsérvate y haz una lista con tus observaciones, verás que bonito.
 
En paz y amor.

domingo, 26 de enero de 2014

ACEPTA LAS COSAS COMO SON



Algo que parece tan fácil lo hacemos verdaderamente difícil. En el momento de la práctica nos encallamos en justificaciones y emociones. Y es que en el fondo lo fácil se convierte en todo un reto.

Cuando algo viene a nosotros y no nos gusta lo primero que hacemos es empujar la energía hacia un lado o hacia otro, querer cambiar lo que es. Y lo hacemos así ¿debido a qué? ¿a nuestras carencias, inseguridad, miedo, por el dolor que arrastramos del pasado, por no saber que hacer? ¿y cómo lo hacemos?, culpabilizando al otro, reclamando, quejándonos, arrollando, llorando, sufriendo y aparentando ser fuertes y saberlo de todo.
 
Hay una cuestión de fondo, falta de fe y confianza en nosotros mismos, en el otro y en el universo.
 
¿Cómo podemos afrontar la situación? Otorgando el permiso total. Se trata de la completa aceptación de como son las cosas en nuestra vida y de la vida a nuestro alrededor. Porqué dentro de esa aceptación, nos hacemos, nos permitimos ser y seguir nuestro camino y a la vez permitimos a los demás que sean ellos mismos viviendo su propio camino. Eso no quiere decir separación, sino respeto y libertad.
 
Aceptar no significa resignarnos, no significa ser sumisos a una situación o persona, porque ellos nos haría renunciar a nuestro poder personal. Eso es lo más fácil. Renunciar a nuestro poder personal significa no ser dueños de nuestra vida, por lo tanto alguien lo es. ¿seremos felices, plenos y realizados así?. Aceptar es permitir que la situación o la persona sea lo que es, pero desde aquí, sin dramatismos, con inteligencia y buen corazón tomar elecciones, que a su vez, creen reacciones más favorables en nuestra vida. Por lo tanto soy un ser amoroso, inteligente y en base a ello ELIGO.