lunes, 3 de noviembre de 2014

CLARIDAD

Hay personas que nunca están contentas con lo que tienen ni donde están.
Pero esas personas no saben que la ruta en su interior está trazada. Que hay un lugar para ellas esperando y hagan lo que hagan, tarden lo que tarden, llegarán. Porque el lugar siempre está esperando. Así que no es importante desear lo de los demás, o lo que no se tiene, es importante andar el camino que uno tiene en el momento presente, pues éste lleva al siguiente y el siguiente a nuestro lugar.
 
Lo más importante es tener una idea clara de nuestra vida. Si la tenemos, no necesitamos nada más. Requiere simplemente tener consciencia, ello nos da utilidad y practicidad. Sabemos qué o quienes somos, donde vamos, porque vamos. Por lo tanto avanzamos. Si tenemos una idea clara de lo que es nuestra vida, sabemos como vivirla y no tendremos que pedir ni depender de nadie.
 
¿Cuáles son nuestras cualidades y nuestras debilidades? ¿En qué debemos corregir, pulirnos, donde debemos mejorar?. ¿Dónde estamos situados, ante nuestra voluntad, ante el dominio de lo que somos, ante nuestra familia, ante nuestro trabajo, ante nuestros afectos?
 
¿Qué es lo que queremos hacer o ser en el futuro? ¿Tenemos cualidades y aptitudes para ello? ¿Estamos preparados o debemos prepararnos? ¿sabemos todo lo que implica lo que queremos? ¿Somos realistas con nuestras posibilidades?
 
¿Cómo queremos vivir nuestra vida, como queremos que sea?¿Esta bien como está? ¿Qué debemos cambiar?
 
¿Somos capaces de vivir sin sufrimiento? ¿Gozamos de la vida? Podemos decir; "yo he nacido para cuidar a los seres que están en mi camino o he nacido para abrazarles porque me aman o he nacido para gratificarles o aplaudirles porque son felices a mi lado". ¿Podemos decir "yo me establezco en mi lugar, porqué sé que éste es mi lugar, soy feliz en el por todo el amor que me tengo a mi misma"?
 
Una vez tenemos un concepto claro de nuestra vida, nos volvemos selectivos, ya no sufrimos por los demás, sino que respetamos su sufrimiento y al hacerlo ya no absorbemos de los demás.
 
Hay dos formas de aprender y crecer. Por reflexión y por experiencia. Si nos dejamos enseñar y sabemos escuchar avanzamos por reflexión. Si por el contrario no nos dejamos enseñar y no sabemos escuchar avanzamos por experiencia. El primer camino fluye y es más fácil, el segundo no fluye y hay obstáculos. Tanto en uno como en otro aunque no veamos a Dios ni a los ángeles, ellos existen, aunque no nos respondan, ellos están y ellos nos atienden en función de nuestras necesidades interiores, no en función de lo que pidamos.
 
Si elegimos el camino correcto la ayuda espiritual  está ahí, aunque quizás no sepamos verla ni valorarla. Sin embargo, si elegimos el camino incorrecto la ayuda espiritual está ahí, pero menos activa, esperando y respetando la experiencia de nuestro aprendizaje.
 
Nunca estamos solos, ni abandonados.

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