jueves, 19 de septiembre de 2019

RITMO DE CRECIMIENTO

                                                                                                             




Los seres humanos solo tenemos una obligación y es crecer, conocernos, evolucionar. En general,  somos un poco perezosos a la hora de ponernos a trabajar internamente. Siempre encontramos justificaciones para no hacerlo. Y es que la mente se acomoda a lo conocido y rutinario, aunque eso nos cause dolor, insatisfacción y auto-destrucción. La mente prefiere eso a enfrentarse a las consecuencias del trabajo interno, que son siempre cambio,  avance, hay que crecer,  dejar cosas y abrirse a nuevas posibilidades. Enfrentar el cambio es lo que da miedo. Y de ahí surge la duda y las justificaciones.

A veces también la mente se enfrenta a la fuerza de los deseos.
O a un esquema mental  que marca una línea de conducta determinada y obstinada. Si el cambio que viene no va en la línea que uno quiere, nos negamos a  avanzar.

Ante este miedo  las personas reaccionan de muy diferente manera. Y esa reacción es una parte que marca el ritmo de crecimiento.

 La persona puede ser  ágil, de rápida comprensión, vital, dinámica y avanza deprisa, pero puede llegar a un punto en que necesite hacer un descanso para asimilar.  Luego se para por un tiempo indefinido.

 Luego hay la persona que es más lenta en asimilar y avanza poco a poco pero no se para, es constante, metódica, disciplinada como las hormiguitas va haciendo pasito a pasito.

Esta la persona rebelde, que siempre anda peleándose consigo misma, que se enfada con el mundo y con las personas que la quieren, se cansa, se agota, y ahí se para en el tiempo. O se queda ahi o  cuando ya no puede más abre la mente y el corazón dejándose llevar.

Y esta también la persona que  se abre al cambio, pero no le gusta  lo que ve y luego retrocede hacia   los viejos hábitos y de allí ya no se mueve.

Hay tantos ritmos de crecimiento como personas hay en el mundo. Cada persona atiende según sus circunstancias, posibilidades y evolución. Todos son respetables. Ninguno es rechazado.  Todos más tarde o más temprano conducen a buen puerto. La Luz nunca deja a nadie atrás,  pero deja espacio y libertad para que cada uno ande su camino a su libre albedrío.

Maria Angels

       

No hay comentarios:

Publicar un comentario