Voy a
darle este enfoque. Como personalidades humanas muchas veces no sabemos como
resolver nuestras dudas o cuál es la
decisión adecuada a tomar. Entonces podemos intuir, es decir, sentir desde el
corazón o comprender una solución en su totalidad, sin razonamiento.
La
intuición podemos entenderla como una inspiración del Espíritu a la misma
personalidad para darle orientación sobre cómo debe seguir. A veces los guías o
facilitadores como prefieren que les llamemos pueden intervenir, si antes el
Espíritu lo ha pedido, pero sino es él, el Espíritu quién se comunica
sutilmente con su otro ser la personalidad humana.
Cuando la unión del Espíritu con la
personalidad está establecida, se irradia directamente al corazón o a la mente,
es entonces que los guias pueden utilizar los canales mentales de la
personalidad, de esta forma todo se acelera.
Es una
comunicación para clarificar dudas e ir más directos hacia donde el Espíritu
quiere llegar. Mucho tiempo y esfuerzo le ha costado llegar a la unión, así que
cuando se produce, se recibe toda la ayuda posible para llegar a su propósito
de vida.
Entendamos
que no puede producirse antes de que la personalidad esté limpia y equilibrada.
Si así no fuera el mensaje-intuición vendría del deseo de la persona, no del Espíritu
ni de los guías. La persona cree que son los seres de luz pero en realidad es
ella misma, sus mismos deseos. Es entonces cuando pueden producirse los
desequilibrios de personalidad.
Para
evitarlos el proceso debe ser observado, sanado y orientado por el propio
Espíritu ayudado y apoyado por los guías. Esto no es hoy para mañana, lleva su
tiempo, que en cada persona es distinto porque distintas son sus circunstancias
y necesidades de evolución.
María
Angels
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