De la
princesa encantada al príncipe azul.
¿Existe un modelo de pareja
ideal? No. Cada pareja es única en su peculiaridad. Y válida cuando es
sostenida en las necesidades de cada miembro.
En la vieja energía sí que
había modelos a seguir. Creados en base
a conceptos religiosos, sociales, familiares, incluso de raza o cultura. La
persona tenía poca libertad para decidir sobre un tema tan importante.
Las parejas se casaban para
toda la vida, jurándose amor eterno. O lo hacían para evitar la soledad, por
carencias, por intereses económicos o
familiares. Incluso para tener relaciones sexuales cuando no se podían tener de
solteros. Por un sueño. Por una promesa. Por tradición. Por muchas y variadas
razones. Cuántas personas se comprometían cegadas por un espejismo, sin ser
conscientes de la realidad que les esperaba?
Las parejas de formalizaban
sin apenas haberse dado tiempo a conocerse. Todo estaba controlado. Cuando se
conocían realmente ya estaban casados para siempre y no había otra opción que
la de aguantar. Aparentemente las personas se resignaban, sin embargo cuanto
dolor, cuanto resentimiento, cuantas lazos tóxicos se crearon?
Ahora, algunas cosas han
cambiado. Uno puede separarse. Romper una relación ya no causa revuelo. Hay
libertad sexual. Sin embargo se sigue buscando el príncipe azul y la princesa
encantada. Si antes la pareja fracasaba
tal vez la ignorancia y falta de crecimiento tuvieron algo que ver. Pero
ahora continúan fracasando las parejas y continúa la ignorancia pero ahora
también hay inconsciencia. Porque oportunidades para saber las hay.
¿Cuántas de estas personas
se sentían realizadas en esas relaciones?
Y ¿Cuántas personas hoy en
día, a pesar de tener una relación aparentemente perfecta se sienten
insatisfechas en ella y se lo callan?
Y digo yo ¿es eso una
pareja? No, no lo es. Será una relación, pero no será de pareja.
Así que de relaciones puede
haber muchas. Pero de pareja pocas. Podemos establecer relaciones de amistad
con derecho a roce, pero no es de pareja.
O una relación basada en el interés económico,
pero no es de pareja.
O una relación basada en el cariño, sin sexualidad,
pero no es de pareja.
O una relación basada en la posesión, mi
marido, mi mujer, pero no es de pareja.
¿Qué es entonces una
pareja?
Cuando no sabemos quienes
somos ni lo que queremos, nos movemos
por impulsos, por imitación, por patrones, entonces no estamos preparados para
tener pareja. Podemos tener, eso sí, muchas relaciones. Pero cuando sí nos conocemos, sí sabemos qué queremos, sí somos responsables de
nuestra vida, entonces y sólo entonces estamos preparados para tener pareja. Y
la pareja, aquella persona que nos complementa aparece como por arte de magia,
con total respeto y libertad.
Y eso es lo que se va a dar
en los nuevos tiempos. Entre tanto en este espacio de transición tomemos conciencia
del tipo de relaciones que estamos viviendo, aceptémoslas como son sino podemos
cambiarlas, y trabajemos con nosotros mismos para facilitar el cambio. Pero no
nos confundamos, no nos engañemos.
Entretanto podemos
contestarnos a estas preguntas:
A.- ¿me siento libre en
esta relación para ser yo misma y
decidir por mi misma, me siento respetada, sostenida, amada?
B.- ¿recibo tanto como doy?
C.- ¿compartimos los mismos
valores?
D.- ¿compartimos un
proyecto en común?
Si la respuesta es sí,
probablemente tienes una relación de pareja.
Si la respuesta es no,
medita que es lo que pasa.
María Angels

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