domingo, 27 de mayo de 2018

Mas sobre el amor incondicional

   


                                                             



La palabra amor es la más sagrada de nuestro vocabulario. Tal vez toda nuestra evolución se concrete en vivir el concepto amor en la realidad del planeta. Todas nuestras experiencias tienen este componente de amor como base, empezando por amarnos a nosotros mismos. 

Un amor incondicional no es un amor sentimental, ni uno amor romántico. Un amor sentimental se basa en la carencia,  “Yo te quiero en la medida que me das lo que necesito para ser feliz”. Pone condiciones, aunque no sean conscientes. Es un amor donde uno es víctima de los demás y verdugo de si mismo, o verdugo de los demás y víctima de si mismo. Impide crecer,  limita,  hay miedo y apego, pena y lastima.  Rindes tu poder y tu libertad.

El amor romántico se basa en la ilusión, los sueños, la irrealidad. Te desconectas del mundo,  de tu propia verdad, te construyes un mundo aparte para evitar el dolor. Aquí encierras, bloqueas, tu poder y tu libertad. Hay miedo a ser uno mismo.

El amor incondicional fluye.  Acepta la realidad y ve más allá de ella. Hay comprensión,  nos permitimos ser y permitimos a los demás ser.  Es contundente y dulce a la vez. Empodera a quién se acerca y a uno mismo. Se basa en la mutua confianza, el dar y el recibir, en la gratitud,  en la libertad de ser y el respeto; en la comprensión y en el crecimiento; en el conocimiento.

Saboread estas palabras por favor, dejad que os invadan y hagan su labor.  Con amor.
María Angels


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