Nosotros no pertenecemos a nadie y nadie nos pertenece a nosotros. El sentir que "mi" mujer es "mi" mujer o al revés "mi" hombre o "mis" hijos; es una ilusión por falta de autoestima y seguridad. Este "mi" refuerza la seguridad que da sentir la pertenencia a alguien, a alguna tribu, a alguna familia. Y en este "mi" se pretende encontrar una realización o una estabilidad.
Sólo uno mismo se pertenece a si mismo, pero nada de cuanto nos rodea sean personas o cosas, nos pertenece. Compartimos nuestra vida con una persona, educamos y amamos a unas personitas llamados hijos, pero que ellos son quienes nos han elegido como padres. Y en ambos casos nos realizamos.
El amor posesivo necesita continuas demostraciones de amor. Es amor emocional. El amor incondicional no necesita probarse, simplemente se vive. Es.
María Angels
No hay comentarios:
Publicar un comentario