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Un árbol es un árbol. Una piedra es una piedra. El árbol no quiere ser piedra y la piedra no quiere ser árbol. Cada uno sabe lo que es y donde está.
Un pino mediterráneo es un pino. Y un abeto es un abeto. Aún siendo de la misma familia, el pino mediterráneo no puede ser un abeto o viceversa. El pino no viviría en el lugar del abeto y el abeto moriría en el lugar del pino.
Cada uno en su lugar se hace grande y hermoso. Únicos dentro de sus posibilidades que es la tierra donde se enraizan y alimentan, el clima que los envuelve y su propia esencia, su energía vital.
Cada ser humano es en si mismo como un pino o un abeto, primero dormido en forma de semilla, madurando en la oscuridad y después despierto germinando y brotando a la luz. Crece y se desarrolla en función de sus posibilidades.
El pino y el abeto no pueden moverse de sus posibilidades, son las que son y ahí están. El ser humano, cuando despierta, puede mejorar sus posibilidades, sanarlas, re-educarlas y cambiarlas para su mayor bien.
Un árbol necesita tiempo para llegar a su plenitud. El ser humano también. Hay árboles que necesitan tantos años como varias vidas humanas para llegar a su plenitud. Y hay seres humanos que necesitan muchas vidas para llegar a despertar.
¿Quién puede decir cuánto tiempo ha tardado un árbol a llegar a su plenitud? ¿quién puede decir cuantas vidas ha tardado un ser humano para florecer? Nadie puede decirlo. Pertenece a sus posibilidades que guardan su esencia. En el momento justo sucede, cuando tiene que ser, cuando la semilla está madura germina y brota.
A diferencia del árbol que se acopla, el ser humano se impacienta, se queja, se resiste y ¡exige!.
Vamos a ser como el árbol, vamos a ser conscientes del día a día, de mejorarnos día a día, de auto-sanarnos y re-educarnos día a día, con lo cual mejoraremos considerablemente, de manera que podamos madurar nuestras semillas y hacernos con circunstancias mejores que nos permitan hacernos grandes, dentro de nuestras posibilidades.
Si a algo puede compararse un ser humano es a un campo de cultivo, listo para ser cultivado. Depende de la calidad de la tierra, el clima, el agua, sus posibilidades, dará un tipo de cosecha de cosecha u otra. Nosotros somos a la vez el campo y el agricultor.
Los maestros nos traen una carretilla de herramientas, abono, manuales y ayudantes angélicos que nada pueden hacer si nosotros no empezamos la labor dentro de nuestras posibilidades. Ayúdate y te ayudarán.
Maria Angels

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