miércoles, 22 de abril de 2015

COMPROMISO

 
 
Acostumbro a repetir la palabra compromiso cuando explico lo importante que es en la superación de nuestras dificultades. A veces pienso que soy demasiado reiterativa. Y lo hago porque me cuesta ver una voluntad clara de entrega y trabajo, aún en estados avanzados de crecimiento. Es como si la persona tuviera la idea de que todo ha de venirle dado como regalo de la nueva era o porque se cree elegida sin aportar nada de su parte. Veo como hay personas que se sientan a esperar a que el regalo les llegue.
 
Otras personas se dedican con entusiasmo a la repetición de mantras o afirmaciones o a los rezos, creyendo de verdad que así les vendrá el amor, la abundancia, la solución a sus dificultades, sin embargo, ese entusiasmo parte de la mente y no del corazón que continua dominado por los temores. Por lo tanto de nada sirve afirmar, cantar o rezar. Las hay que se consideran tan insignificantes que no vale la pena trabajar por algo, "total para qué sino es para mí, tal vez en otra vida".
 
El recuerdo de tanta lucha, tanto sufrimiento, tanta carencia que tuvimos en el pasado pesa aún en nuestro momento actual y tan sólo una noticia de que en la nueva era todo nos será dado con facilidad nos invita a sentarnos y esperar que llegue el buen tiempo.
 
Sin embargo, las dificultades no se arreglan solas. Igual que los platos en el fregadero sino los lavas allí te esperan. Las dificultades y los retos, te esperan también. ¿Qué pasa entonces? ¿Por qué unos dicen cosas maravillosas que no llegan o no se cumplen? ¿por que alguien que tiene talento y aptitudes se siente relegado y no termina de realizarse?
 
La palabra que da coherencia a todo es compromiso. Tú te comprometes con tu Espíritu a que éste te eduque, te moldee, te pula, te instruya para que todo sea lo que debe Ser. Y el compromiso implica que tu acatarás la dirección que tu Espíritu te dé, porque es y debe ser así. Y el compromiso implica asumir la disciplina, el orden y el trabajo con todo lo que conlleva, con sinceridad, humildad, amor y gratitud. Cuando se llega a este punto de entrega y compromiso, conscientemente, te sientes obsequiado, premiado.
 
El crecimiento es para conocerte y arreglar tu vida, pero cuando te conoces un poco llega un punto en que todo lo que eres lo entregas a tu Espíritu en gozosa libertad y es entonces que comprendes tu compromiso en la evolución y en la vida.

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