¿Qué entendemos por mente y corazón?
Tenemos
aquí la dualidad Espíritu y Personalidad. Estar despierto o permanecer dormido.
¿Cuál es la diferencia?
En una
persona dormida, su mente es la que rige toda la vida.
Es el
centro de conciencia. Desde su infancia ha sido educada en lo que es correcto o
no. Se ha acomodado en patrones de conducta que rigen toda su vida. Sus sentimientos quedan supeditados a su forma
de pensar y ver la vida, que es decir lo mismo que a recibido como herencia
familiar, social, educacional.
Lo que conocemos por ego, que son sus
limitaciones, están dominadas por la mente quien a su vez influencia sobre las
emociones negativas. Su mente no ha sido
educada para pensar por si sola. Necesita de otra mente que la incite a pensar.
La mente no mira la vida en términos de
plenitud, de realización o apertura y expansión. Mira la vida en términos de
control y de posesión. Yo controlo mi vida, luego existo. Nada podrá afectarme
porque yo controlo. Yo poseo lo que quiero, luego existo y me realizo.
Hasta
que la persona-personalidad, se da
cuenta de que no tiene el poder de su vida en sus manos, sino que depende
de otra mente para pensar, de un control
que ejercer y de un apego al que atenerse.
O bien la vida actúa en su lugar y le quita el apego donde se apoyaba o
rompe el control que ejercía. Entonces es cuando entra en crisis.
Esto es
una personalidad dormida. Donde las que mandan son las limitaciones de la
personalidad. Ahora vamos a que es una
personalidad despierta.
El
Espíritu tiene su lugar en el corazón. En todas las tradiciones el corazón es
el centro del Amor. El Ser no puede comunicarse con su vehiculo la
personalidad, hasta que la persona no se pregunta “eso que voy a hacer ¿me
gusta?”. Cuando uno se hace esta pregunta, no puede responder desde la
mente, tiene que ir al corazón para sentir si le gusta o no. Es decir,
el Espíritu no puede comunicarse hasta que la personalidad no se cuestiona su
vida sin buscar respuestas exteriores, sino interiores.
Al
principio necesitará un tiempo de práctica y aprendizaje. Buscará en el
exterior aquello que resuene con su interior, aquello que la haga sentir una
confirmación en su interior. Luego poco a poco, con la práctica, la personalidad aprende a reconocer a su
Espíritu.
Conforme
va aprendiendo, va confiando más en lo
que siente, en las respuestas que vienen desde su corazón, desde su
interior. Y se establece un diálogo de la personalidad con su Espíritu.
La mente es
entonces un vehículo, necesario, para evolucionar de forma consciente y para
gestionar en el mundo práctico, material de la Tierra la realidad del
Espíritu. Pero el motor, la conciencia
está en el corazón, en el Ser.
Es así que
decimos hay una persona despierta. Porque el Espíritu ha sido reconocido y éste
actúa e influencia sobre la personalidad
y esta con su nueva visión, modifica el campo energético modificando a la vez,
la realidad física que se vive.
María
Angels.

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