martes, 21 de febrero de 2017

DOS EN UNO



                                        




                                                
En el camino de la evolución la personalidad está destinada a reconocer a su Espíritu que por el fue creada, como vehÍculo para adquirir un aprendizaje.

El Espíritu o Ser Interno siempre hace por maneras de hacerse oír y dirigirnos por los caminos que necesita ir. A través de la intuición, del resonar con el corazón, la personalidad sabe como son las cosas. Sin embargo,  muchas veces no quiere reconocer las señales que le pone el Ser, porque no le interesa. Quiere gobernar ella.  Y entonces se produce un conflicto entre el Ser y la personalidad.

En estos conflictos siempre es el Ser quién se hace presente, tarde más o menos. Ya que el Ser es la Luz y la personalidad en sus crisis es la no luz. Por eso cuando aceptamos la orientación interna, nos decimos alegremente “he visto la luz”, ya se lo que quiero.

Si la personalidad es muy fuerte, terca y quiere dominar siempre ella. El Espíritu no se siente  reconocido, puede cansarse e incluso enfermar. Se separa o distancia.  Es un punto peligroso para la estabilidad del ser humano. Se hace necesaria la sanación y el reencuentro.

Sabemos lo que sentimos cuando alguien nos hace un desaire, como creeis que se siente nuestro Ser, que somos nosotros mismos, cuando nos desairamos o despreciamos o ignoramos a nosotros mismos?.

Cuidamos y alimentamos nuestro cuerpo, pero también debemos cuidar y alimentar nuestro Ser. ¿lo hacemos?







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