lunes, 17 de julio de 2017

LA ORACION



La oración no es una recitación de palabras monotoma o automática. Es una conversación  con la parte divina que es nuestro Espíritu y a través de él-ella nos comunicamos con Dios, el Universo, un Angel o quién deseemos, pero en el cual tengamos fe, creamos en ese Ser Superior y en nosotros mismos, comunicándonos con humildad, sinceridad y claridad.

La oración debe realizarse con y desde el corazón, manteniendo la mente tranquila y en paz. Por ello debe nacer de una profunda y sincera reflexión, que nos ayude a clarificar nuestro pensamiento, intención y necesidad.

La oración debe ser como una carta. Debe indicar claramente quienes somos nosotros y a quién va dirigida, expresando nuestras necesidades. La oración altera las circunstancias que vivimos y por las cuales rezamos, de manera que esa alteración nos permite ver más claro por donde debemos andar. Hay quién espera una solución milagrosa inmediata. Sin embargo el milagro está en nosotros. El cielo nos apoya pero no hace el trabajo por nosotros.

Nuestro Espíritu tiene un plan establecido para desarrollar en la tierra. Cuando pedimos lo que creemos que necesitamos, el Cielo nos responde con aquello que necesita nuestro Espíritu. A veces su respuesta es sorprendente. Por lo tanto, no siempre recibimos lo que queremos a nivel de personalidad, sino lo que nos conviene. 

Es oración todo lo que nos permite interiorizarnos y escucharnos que es lo mismo que escuchar a Dios dentro de nosotros. Aprender a entrar en contacto con el poder de Dios para dejar que sea El quién nos guíe a partir de nuestro Ser.


No hay comentarios:

Publicar un comentario