Nos
encontramos entrando en los cuatro meses que pueden ser los más importantes
de nuestra vida. Mayo, Junio, Julio y
Agosto.
Hace 50
años que nuestra vida comenzó a cambiar. Con un movimiento de los planetas transpersonales,
Neptuno, Urano y Plutón, su radiación unida a la de Quirón, más discreta, pero
igualmente activa, se dieron en 1968 y
aparecieron las primeras señales de cambio en nuestras vidas personales y en
nuestra sociedad. Aun no fuimos conscientes de lo que significaba en nuestras
vidas, pero se plantó, sin que nos diéramos cuenta, una semilla que lentamente fue germinando y
culminó en la Gran Convergencia Armónica del año 1987 en forma de llamada
interna. A partir de ahí, poco a poco empezamos a tomar consciencia de que era el tiempo del cambio de
paradigmas, del reconocimiento del Ser. Y de ahí en adelante hemos ido creciendo
como seres humanos y divinos.
Ahora nos
toca vivir el final de esa espiral de cambio. El cierre de la espiral. ¿Qué nos
va a suceder? ¿Cómo nos vamos a encontrar?
A modo de
ejemplo nos hallamos ilusionados y esperanzados en casa, esperando recibir la
visita de alguien muy importante que nos va a facilitar la realización de
nuestros propósitos o proyectos. ¿Qué haríamos para mejor recibir a tan ilustre
visitante? Pues lo más práctico es limpiar la casa a fondo. Toca baldeo
general. La diferencia está en cómo hemos mantenido de limpia nuestra casa. Si
hemos sido diligentes, poco trabajo habrá por hacer, pero si hemos sido negligentes
mucho trabajo habrá por hacer. La casa representa nuestra personalidad. Y cada
habitación de la casa un aspecto de nuestra personalidad.
Los
planetas nos van a llevar hacia la reflexión, la meditación, interiorización y la sanación. A la
escucha de los demás y la interior propia. Todo ello herramientas para enfocarnos en todo aquello que esta incompleto
en nuestra línea de tiempo, sea pasado o presente. Sensaciones de sobrecarga
nos pueden abrumar, el no puedo más con tanto estrés, tanta injusticia, el
abuso o la prepotencia, tanto aguantar lo que no es mío, tanto drama
y victimismo. Necesidad de soledad y
también de auténtico cariño. Necesidad de tener relaciones claras y limpias. De
soltar peso de una vez.
Veremos
como afianzarnos en nuestra vida desde lo material a lo espiritual con el
respeto, el compromiso y la acción correcta.
La espiral
que se va cerrando nos mantenía como suspendidos en el aire de caras al futuro.
Había una incógnita sobre el futuro. ¿Cómo lo voy a ser, como va a ser?
A medida
que la casa se vaya limpiando vamos a hacernos más conscientes de qué queremos
vivir y cómo queremos hacerlo. Nuestro propósito de vida se va a ir construyendo.
La espiral
a partir de Septiembre volverá a abrirse pero está vez orientada hacia un
futuro que hablará sobre como sostener y manifestar nuestro proyecto de vida.
Si ese proyecto de vida ha sido elaborado dentro de una casa limpia saldrán al
paso las oportunidades y la fluidez de realización, sino es así, tal vez las
cosas fluyan hacia otros caminos que tendrían que estar ya recorridos, pero que
marcarán un distanciamiento significativo entre las personas. Las afinidades
entre las personas marcarán más que nunca la unión-encuentro de las familias
espirituales.
Un tiempo
emocionante el que vivimos porqué por fin, llegamos a casa, a nuestro hogar.
Feliz
regreso con todo el amor del mundo.
María Angels.
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