Parece
como si todos los días fueran iguales, pero no lo son. Parece como si el mundo
no cambiara, pero sí cambia. Parece como si la Tierra, el Sol y los planetas no
se movieran, pero sí se mueven. Es un tópico decir que todo cambia. Sí,
verdad?, es repetir más de lo mismo, porque todos sabemos que todo cambia, que
nada es estático ni nada es para siempre, que la energía cambia e incluso
sabemos que cambia a ritmo de nuestro pensamiento.
La
transformación de la oruga en hermosa mariposa sigue su camino imparable, poco
a poco va completando sus etapas de metamorfosis. Pero ¿Cuál es la actual? ¿Qué
pasa ahora?
A
finales de Agosto, al término de los eclipses, cerramos una etapa y a primeros
de septiembre empezamos a recibir la irradiación de una nueva frecuencia.
Sabemos que en cada subida de frecuencia somos sutilmente estimulados a avanzar
en nuestra evolución.
Esta
etapa que vivimos ahora podría calificarla como “determinación y contundencia”
o como “transparencia”. La Tierra-Gaia ha subido con determinación y contundencia
su frecuencia vibratoria. Cuanto más alta la frecuencia menos densa, menos
presión ejerce siempre que pueda fluir libremente. Pero es lo suficiente
contundente para desbloquear todo lo taponado, para mover todo lo
retenido, para sacar a la luz del día
todo lo oculto en la oscuridad de nuestro interior. Para sacar a la luz la
verdad de nosotros mismos.
La Madre
Gaia y el Padre Cielo ya no esperaran más nuestras justificaciones, nuestras
demoras en el buen hacer. Es el sí o sí, es el partir de viaje con lo puesto,
no hay tiempo de hacer la maleta.
Así
vemos lo peor de las personas y lo mejor de ellas. Así sale de nosotros las
debilidades y las fortalezas. Así el mundo se ve como parte de un basurero y
otra parte brilla como las más hermosas de las joyas. Tan pronto nos sentimos
mecidos por ondas de amor y gratitud, como entramos en torbellinos emocionales.
Tan pronto nos sentimos a merced del viento de nuestros peores pensamientos, como
sentimos que nos enderezan con firmeza.
Es el
momento en que debemos elegir, ¿Qué quieres formar parte de la Luz o de la no
Luz? Qué eres Luz o oscuridad?.
El
camino de la no Luz es el más fácil. Porqué no quiere que te responsabilices de
nada, no quiere que pienses por ti mismo, no quiere que hagas elecciones, no
quiere que tengas voluntad. Quiere que odies, que guardes rencor y te rías del
amor. Que el orgullo y la pereza sean tu bandera. Sólo quiere que te dejes esclavizar pues en ello consolida la desunión,
la separación, del ser humano y su
divinidad. La separación de todos los reinos de la naturaleza. Así
detiene la evolución.
El
camino de la Luz es el más difícil, te
pide que venzas la inercia, que seas
responsable tú de tu vida y de las consecuencias de tus elecciones, de tus
pensamientos, de tus palabras, de tus sentimientos y que mantengas tu mente y
tus emociones perfectamente limpias y equilibradas. Que puedas mostrarte con
transparencia, sin vergüenza, sin culpa, con gratitud y humildad. Que labres tu
carácter. Que el ser humano reconozca, acepte y se una a su divinidad, que se
rinda a su divinidad, que se sienta parte y unión de todos los reinos y con
ello Todo avance en la evolución.
El
camino de la no Luz es tierra quemada, infértil, toxica. El camino de la Luz es
tierra fértil, abonada por las experiencias de la vida, regada con el amor y la
bondad, sembrada con la voluntad del servicio a los demás y del crecimiento
propio.
¿Cuál
camino eliges? Nuestra es la responsabilidad de la elección y sus
consecuencias.
María
Angels.
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