sábado, 25 de junio de 2011

LA FAMILIA



Es un tema muy simple y sencillo pero que a todos nos toca de una forma u otra. Siempre estoy buscando dar una información útil y a veces se me pasan por alto cosas muy importantes y decisivas en nuestra vida precisamente porqué son muy sencillas y doy por sabidas, así que no las abordo directamente o con suficiente claridad. Lo siento. Ahora parece que en muchas personas el tema familiar esta muy activado, quemando incluso así que voy a intentar expresar mis ideas.


Las enseñanzas espirituales son inmutables, iguales en todos los tiempos, pero interpretadas diferentes en función de quién las interpreta, la época, la cultura, las necesidades, etc. etc. Y la enseñanza espiritual de la familia es una de ellas.


Evidentemente vamos a nacer en la familia que más oportunidades nos puede dar en función de nuestras necesidades de aprendizaje o evolutivas. Si somos seres conscientes o despiertos, escogemos con plena responsabilidad a nuestros padres o familia que nos acoge; sino somos seres despiertos y vamos hipnotizados o dormidos por la vida, es decir sin consciencia, igualmente, ya una vez fuera del cuerpo iremos de igual forma. Así la fuerza de nuestros deseos será el motor que nos hará encarnar en una familia o otra. Inconscientemente también escogemos.


Sea de una forma o sea de otra lo cierto es que el padre y la madre son la puerta a la vida, la puerta que nos facilita el hacer otra vida de evolución, nos facilitan la evolución, puesto que adelantamos y nos expandimos encarnados en el planeta. Se dice que Dios dá la vida y es cierto, pero en la forma del padre y la madre físicos, biologicos, que nos acogen, nos crian de pequeños y nos educan.


Evidentemente los padres también son seres humanos en evolución. Y evidentemente pueden ser seres despiertos y conscientes espiritualmente lo cual indica cierta grado de responsabilidad o pueden ser seres dormidos, inconscientes, lo cual indica no irresponsabilidad, sino cierto grado de limitación en sus responsabilidades. Igual que en cualquier otra persona.


Igualmente que un árbol tiene sus raices hundidas en el planeta y se alimenta de la tierra a través de sus raices, nosotros nos mantenemos conectados a la tierra y nos alimentamos energéticamente a través de las raices familiares, justo hasta el momento en que somos plenamente conscientes y responsables de nuestra vida en todos los niveles, espiritual, mental, emocional y físico. Y ése árbol familiar es el que posibilita el brote de nuestro árbol personal, estando su sombra siempre presente en nuestra vida, lo queramos o nó, siempre está y tiene que estar. Es el árbol de la vida.


Evidentemente hay árboles más robustos que otros, con raices más sanas que otros. Si le cortamos una o dos raíces el árbol puede vivir, pero con limitaciones, no puede expandirse según su naturaleza. Si las cortamos todas, lo natural es que muera.


Si un Ser Humano se desconecta de su familia raíz, de sus padres, es decir, corta los lazos energéticos y/0 espirituales con su familia raíz, poco a poco se desconecta también de sí mismo y no se expande como es su naturaleza, no se alimenta, no se realiza.


Los padres son dos puertas, una conduce a la realización material otra conduce a la realización espiritual; una la realización como ser humano otra la realización como ser espiritual. ¿que quiere decir esto? pues es muy sencillo, cualquier dolor, desprecio, humillación, ignorancia, desatención, ridiculización, etc. que hagamos de nuestros padres o que les infringamos será una energia que actuando como un boomerang, volverá a nuestra vida en forma de obstáculos, barreras, dificultades de realización. Pues es la energía de vida que se ha manifestado en nuestra vida y que nosotros, en nuestra ignorancia o cobardia que también es ignorancia, hemos ofendido, dañado e incluso rechazado. Entonces la energía de vida nos rechazará a nosotros.


Si el desprecio y el dolor causado es grande, podemos incluso crearnos grandes enemigos que en el futuro se manifestarán en nuestra vida como personas que rechazaran de pleno nuestra avance en la vida. Es el clásico tener el enemigo en casa. Es fuerte, lo sé, pero hay que decirlo y tenerlo en cuenta. Ahora podemos saberlo porqué estamos despiertos y entonces tenemos que comprenderlo, hacernos conscientes y responsables.


A veces la psicología olvida que detrás de todo problema hay una raiz espiritual y a veces es más cómodo buscar culpables que alivien el dolor o el desamparo de una persona. Y sí es cierto que los problemas de los padres estan en la base de muchisimos problemas que tienen los hijos, pero hay que enseñar también a tener una visión mucho más amplia y a incluir el perdón y la compasión resultados de una comprensión profunda.


Nuestros padres también han sido y son hijos. También ellos tienen sus propios problemas con sus propios padres, que son nuestros abuelos. Así la herencia genética viene a nosotros. Si ponemos un poco de luz en todo este entramado de relaciones nos haremos una vida mucho más fácil y una mejor y más rápida realización. Evidentemente el sentido de culpa no existe, sólo aprendizaje, todos padres e hijos lo hacemos lo mejor que sabemos y podemos, partiendo de este punto podemos llegar muy lejos. Ahora bien si partimos del punto del resentimiento, del miedo, de la culpa y del dolor no llegaremos a ninguna parte. Lo único que hacemos es dar vueltas y vueltas dentro de una misma espiral.


Viendo todo esto supongo que surge la pregunta ¿que hago sino tengo puntos en común con mis padres, sin son así o asá, si..... etc.?. No es, en absoluto, obligatorio que dejes de ser tú para ser cómo ellos quieren que seas. No debes cargar con su propio karma o lección de vida. Cada uno tiene su propia lección de vida y debemos respetarla. Ellos, los padres, respetar la nuestra y nosotros la suya. Cuando hay consciencia es fácil o mucho más fácil, porque hay luz, conocimiento y amor. Cuando no hay consciencia es más difícil porqué hay miedo y egoismo. Pero el amor está, el lazo de amor de una madre por su hijo es muy fuerte, por amor a los hijos muchos padres han hecho grandes progresos en su vida personal. Los hijos a través de sus propios problemas han hecho crecer a los padres. Y los padres han aprendido también de sus hijos. Es el eslabón de la vida, de la evolución.


Lo importante es tener en cuenta de no infringir dolor y no desatender la familia raíz. Mantener la via de comunicación abierta, la puerta abierta. Comprender y vivir en paz en nuestro interior con nuestra familia raíz. A veces no es posible en el exterior, pero siempre es posible en nuestro interior. Cuidarse unos a otros, padres e hijos, hermanos y hermanos, marido y mujer. Cuidarse, amarse, comunicarse. Es alimentarse. Mantener vivo el árbol.


Todos los hermanos, por diferentes que sean, forman parte del mismo árbol y se alimentan de las mismas raices. Si hay un hermano que corta una o varias raices el resto del árbol se resiente y la alimentación también falla para el resto de los hermanos. Es así de importante.


Un hermano o un hijo, puede viajar, puede vivir lejos de la familia, puede cambiarse de cultura, de religión, de forma de vida, pero no puede, NUNCA, despreciar, obviar el árbol que le ha permitido nacer y hacer su camino de vida y a todos los seres que junto a él forman parte de éste árbol. En el mantenimiento del árbol, en su alimentación y sanación todos intervenimos y tenemos nuestra responsabilidad. ¿y cuál es la fuente de alimentación?, pues la comunicación, el respeto y el amor, y éso se transmite a miles y miles de kilometros de distancia, de palabra, pensamiento y acción.


Cuando una via de comunicación se corta, resulta dificil volverla a abrir y cuanto más tiempo se tarda más dificil resulta, pero es necesario que se haga, muy necesario. Imaginemos por un momento a dos hermanos que no se hablan, que no se comunican. Imaginemos que la vida, en un futuro nos una a una persona con la que no tenemos ningún punto en común y que tengamos la obligación de comunicarnos, de vivir juntos; ¿como nos sentiriamos?. Es fácil, muy fácil, apartarse de la persona, y darse razonamiento muy lógicos y muy nueva era, "es que no siento nada" ,"no me llega nada", "siempre lo mismo", "no se abre", "no atiende", "es su vida, yo tengo la mia", "son caminos distintos", "es que no sé que decir".


¿y qué?, evidentemente en la otra persona puede haber no un problema sino muchos problemas, pero eso no nos tiene que detener ni importar. Lo que sí nos debe importar es si nosotros cerramos o nó la puerta. Que esté abierta para pasar de un lado a otro. Que la alimentación del árbol no se corte. El que más consciencia tiene que dé el primer paso y mantenga la puerta abierta.


Es lógico y natural que los padres atiendan a sus hijos, es una etapa larga y problemática. Y a menudo los hijos no valoramos la realidad de nuestros padres, estamos acostumbrados a que nos atiendan, creemos que es su obligación y nos creemos también con el derecho a juzgar. Primer error juzgar; es una etapa en que los padres son los poderosos, los fuertes.


Luego viene una segunda etapa también más o menos larga en que los hijos y los hermanos van cada uno por su lado, buscando y viviendo su propia realización, pero sin cortar los lazos de comunicación que los unen entre todos. Es una etapa de amistad entre todos, de compartir experiencias, pensamientos, sensaciones, alegrias y penas, proyectos. Compartir es comunicar, en esa base se apoyan y se alimentan mutuamente. Siguiendo en libertad su propia vida, esten donde estén.


Y por último viene la tercera etapa en que los padres por ley de vida envejecen, y se vuelven poco a poco dependientes de los demás. En una etapa en que los hijos son los fuertes y los poderosos y en donde tienen el deber y la necesidad espiritual de acompañar a los padres en su recta final de vida, con respeto y cada uno según sus posibilidades, pero con comunicación constante. Recordemos que la comunicación incluye respeto y amor.


Al hirse los padres, quedan los hermanos, los lazos de alimentación se debilitan un poco, hay más espacio entre ellos porqué el lazo común de cohesión se ha ido, pero aún así el puente de comunicación debe existir. Así nos creamos un renacimiento y una vida mejor.


Bendigamos nuestro árbol, estemos donde estemos, siempre es nuestro árbol.












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