
Nuestras creencias y valores han sido construidos sobre la base de estos patrones. En un principio nos ayudaban a sacarle partido a la vida, mientras evolucionábamos hacia el punto de maduración interna de Ser Nosotros Mismos.
Ahora se han vuelto opresivos. Nos acomodan en nuestra rutina. A las personas que rechazan el cambio ya les va bien. A las que están apresadas en la incercia también. Pero a las personas que anhelan su realización resulta frustrante, agotador y descorazonador. Porque los patrones repiten y repiten. Es una lucha continua.
Los patrones programan la mente, la controlan y la cierran al cambio y a la expansión. Tenemos el potencial de cambiar eso. Expresemos nuestra intención de manifestar la habilidad de crear nuestra vida lo más iluminada posible, para nuestro mayor bien. Tenemos este potencial. Utilicémoslo.
Pero seamos conscientes de que a medida que nos desprogramamos a nosotros mismos, esto afectará también a las personas de nuestro entorno inmediato. Porqué ellos han construido sus patrones ligados, sustentados, en los nuestros. Esto los expondrá también a ellos al cambio y al compromiso.
Recordemos que cuando una puerta se cierra se abre otra. O para dejar entrar el futuro, debemos cerrar el pasado. Permitámoslo. Tengamos la confianza para hacerlo.
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