Dicen que querer es poder, entendiendo por poder la voluntad y capacidad de alcanzar nuestros objetivos, de cambiar una forma de vida con la que no nos identificamos, de transformarnos a nosotros mismos.
Cuando vivimos a la sombra de los demás, la palabra poder resuena mística, misteriosa, peligrosa, a magia por ignorancia.
Cuando vivimos a la luz de nuestra conciencia, la palabra poder resuena a gozo, a alegría, a plenitud, a éxito, a magia por crecimiento.
Magia, cuando la energía fluye por ritmo natural, sin esfuerzo y somos proveídos, atendidos, amados.
Cuando un ser humano es ignorante de si mismo, el poder es mal interpretado y mal usado. Destruye.
Cuando un ser humano es conocedor de sí mismo, el poder es su sí mismo. Entonces construye.

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