Cuando todo a nuestro alrededor está moviéndose y es inestable, con factores estresantes y un nivel de exigencia amplio, es necesario no perder nuestro centro.
Y llamo centro para que todos nos entendamos, a nuestro saber estar y hacer, a la seguridad, tranquilidad, a la serenidad. ¿Cuantas veces al día tenemos que respirar hondo para no perder nuestro centro? muchas, es cierto. Y aún así a veces no lo conseguimos.
Entonces queremos soluciones rápidas. Y rápidas no existen. Es la constancia en una práctica diaria de introspección y silencio que nos va ayudar. Buscar un ratito para estar solos; crear nuestro espacio interior y exterior; relajarnos; algo de música si se desea; sentir y fluir con la respiración; dejar que los pensamientos pasen delante nuestro sin cogernos a ellos; sentir como el cuerpo se va aflojando y una pulsación empieza a nacer. Y luego no olvidar un poquito de ejercicio al día o al menos tres o cuatro veces a la semana, que no sea competitivo. Y disfrutar de las cosas sencillas que nos rodean. Un paseo en la playa, un abrazo a un árbol, una visita al bosque. Reflexionar y entender.
Puede ser que me digas "no tengo tiempo", entonces yo te diré, "simplifica tu vida", verás cuantas cosas haces que no es necesario hacer.
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